martes, 29 de enero de 2008

El estado - الولاية

al-wilāya. Hola, amiguitos. Cómo ha estado de interesante esto de la Clinton y el Obama, ¿eh? Primero Iowa, luego las primarias de New Hampshire… Precisamente de eso os quiero hablar hoy: del ínclito estado de New Hampshire. Y la culpa es de Julia Otero.

Un colaborador de su programa de radio vespertino sacó a colación que en los telediarios españoles no había unanimidad acerca de la correcta pronunciación de New Hampshire. Para demostrarlo, puso cortes de sonido en los que, con mayor o menor fortuna al remedar el acento inglés, unos presentadores decían /'hamʃər/ y otros /'hamʃaır/. La duda, por tanto, estaba en la pronunciación del -shire final, y ahí terció la Otero para decir que, evidentemente, era /-ʃaır/, puesto que el final de la palabra venía de shire («comarca», en inglés). Entonces, el tono de voz del colaborador cambió, devino el de un mago a punto de sacar un conejo de la chistera y anunció que, para salir de dudas, iba a poner unos cortes en los que dos estadounidenses —concretamente, una periodista y la mismísima Hillary— pronunciaban el nombre del estado. Diáfanamente, pronunciaron ambas /'hæmpʃər/.

New Hampshire   /ˌnyuˈhæmpʃər, -ʃɪər/
   –noun
  1. a state in the NE United States. 920,610; 9304 sq. mi. (24,100 sq. km). Capital: Concord. Abbreviation: NH (for use with zip code), N.H.

¿Qué hizo entonces la Julia? Pues ni corta ni perezosa, soltó: «No, no, pero eso es porque esto era inglés americano, ya ves tú… En buen inglés, se dice como yo lo he dicho. Siguiente tema.» El colaborador dudó acerca de si debía contradecir a su jefa, pero decidió ser pragmático y cambiar de tercio tras una breve vacilación.

Y bien, ¿qué enseñanzas podemos sacar de esta bonita anécdota, queridos amiguitos?
  • En primer lugar, que el antiamericanismo del intelectual español es natural y surge de muy adentro en los momentos más insospechados. Si no, no se entiende el proceso mental por el que, tras oír a dos nativos cultos pronunciar una palabra que es común en su idioma, va doña Julia y se atreve a contradecirlos sin más. ¿Os imagináis a alguien diciéndole a un suizo cómo debe pronunciar el nombre de Ginebra en buen alemán?

  • En segundo lugar, me llama la atención la poca cultura lingüística que se tiene en general. Con las Tamaras, pase, pero ¿bajo qué criterios se puede decir que hay un inglés bueno y uno malo? ¿El español ibérico, hablado por 40 millones de personas, es bueno; y el español sudamericano, hablado por 200 millones, es malo? Todo esto merece un post aparte, porque parece ser que sí hay mucha confusión al respecto.
         Si no, tampoco se entiende que este fin de semana una amiga me haya defendido, con supuestas razones irrebatibles y esperando mi respaldo, dos cosas: una, que en Murcia se habla muy mal; y dos, que el catalán es un dialecto del español. Le dije que ambas cosas, en lingüística, eran absurdas, el equivalente científico a ser creacionista y creerse, como ya dijo el padre Ussher en el siglo XVII, que el Universo fue creado exactamente el 23 de octubre del 4004 a. de C. No se quedó muy convencida…