jueves, 25 de junio de 2009

El oído - الأذن

al-’udn. Hola, amigos. En la entrada de hoy, continuamos con nuestros ímprobos esfuerzos por educar a la población civil, siguiendo con la larga trayectoria de intachable labor social de este bloque. Por vosotros lo hago.

Me decíais que no, que era un exagerado, que no tenía sentimientos. Me llamabais radical, me escupíais por la calle y me tachabais de antisemita. Afirmabais que yo me equivocaba, que no podía sentir empatía, que no mostraba signos de humanidad. Bien sabéis que yo callaba, desviaba la mirada y esbozaba una media sonrisa. ¡Qué duro es llevar razón y que no te crean, Casandra! Pues bien, listillos, ¿qué me decís ahora? ¿Dónde están ahora vuestras bravatas? ¿Dónde vuestro cacareado amor por el prójimo? ¡Despertad y mirad la realidad!: Susan Boyle se permite cobrar más de 10.500 euros por minuto. Me reafirmo, amigos: odio a Susan Boyle.

Porque ya es hora de que alguien lo diga alto y claro. Sí, amigos, esto clama al Cielo, ese sitio donde, al final de la Tierra, se vierten las aguas de los océanos y acechan los monstruos. ¿Por qué nos vamos a tener que contentar con aficionados? Imaginaos que se os rompe el coche y necesitáis que os lo arreglen con premura y eficacia, a total satisfacción, que diría Gomaespuma: ¿lo llevaríais a un taller profesional o lo dejaríais en manos de un vecino que hizo un módulo de CCC en Mecánica (por el que, además, le regalaron una guitarra española)? Voy más allá. Imaginaos que necesitáis una traducción: ¿llamáis a un traductor profesional u os contentáis con el hijo de una prima vuestra que pasó un mes en Dublín? Bueno, mal ejemplo, porque eso sí se hace, pero veis a lo que me refiero, ¿no?

Amigos, abramos bien los oídos: dejémonos de fantoches, de cantantes de medio pelo y profesionales de baratillo. Abajo los Bisbales, Riquimártines, otesianos y toda la pléyade de bobos que nos machacan constantemente en la radio y la televisión. La birria de Susan Boyle se hizo famosa cantando una maravilla, pero, ¿a que no habéis oído esa misma canción cantada por una profesional, por una mujer que sí se dedica a eso, que sabe interpretar la letra y llorar con la voz? Pues ahora lo vais a hacer. Mirad a Ruthie Henshall y luego venís y me decís que os gusta Susan Boyle. Decídmelo, valientes, que sois unos valientes.

lunes, 15 de junio de 2009

El examen - الامتحان

al-imtiħān. Va a ser una entrada larga, lo aviso ya, pero la ocasión lo merece y, total, llevo sin escribir un mes. Imaginaos que es vuestro cumpleaños. Imaginaos que, justo ese día, tenéis que examinaros para conseguir el título oficial europeo de intérprete de conferencias en inglés y francés. Imaginaos los nervios, la sensación de jugártelo todo a una carta después de un año entero de formación intensiva, la presión de tener cuatro exámenes seguidos sin posibilidad de recuperación en caso de suspender tan sólo uno de ellos, el nudo en la garganta cuando más necesitas controlar la voz, las mariposas en la barriga cuando más necesitas parecer tranquilo, los sudores, la angustia… Y ahora imaginaos que, a los 30 segundos de empezar el primero de los cuatro exámenes, el de consecutiva de inglés, entran corriendo en la sala gritando: ¡Aviso de bomba! ¡Desalojen el recinto! ¡Rápido, por Dios, rápido! Qué maravilla, amigos. Así da gusto.




PRIMER EXAMEN

     idioma: inglés (acento estadounidense)
     modalidad: consecutiva
     duración: 8-9 minutos

Dos horas después del comienzo en falso, el orador retoma su discurso.

Buenos días, señoras y señores. En primer lugar, gracias por su paciencia. Esperemos que no tengamos que interrumpir de nuevo el discurso por que nos estalle una bomba en el edificio. Bien, sepan ustedes que, mientras todo el mundo anda preocupado por la subida meteórica del precio de la vivienda, o por la final de Gran Hermano, el Comisario Europeo para el Comercio, Peter Mandelson, está intentando imponer un acuerdo comercial entre la Unión Europea y 76 de los países más pobres del planeta: los países del África, Caribe, Pacífico, conocidos genéricamente como países ACP.

Os ahorro el resto. Básicamente, que las superpotencias mundiales sólo han aceptado el libre mercado cuando ya han consolidado su posición comercial en el mundo —hasta entonces, habían sido proteccionistas al máximo—, y ahora buscan que el resto de países eliminen los aranceles a las importaciones y demás barreras comerciales, a pesar de que ellos mismos siguen guardándose muy mucho de hacerlo. Como muestra, los subsidios agrícolas en la Unión Europea, que permiten que las empresas europeas inunden de productos baratos los mercados de los países en vías de desarrollo, con lo que los productores locales no pueden competir en igualdad de condiciones y sus economías acaban hundiéndose.

Nosotros somos mejores que eso. ¿Acaso no sería mejor ayudarles de verdad a desarrollar una economía fuerte para que sean buenos socios comerciales en el futuro, en vez de destruir sus economías a corto plazo? Decidan ustedes. Muchas gracias.

¿Habéis visto alguna vez unas notas de intérprete? Las mías no son un dechado de perfección: uso pocos símbolos, escribo mucho y me fío demasiado de la memoria a corto plazo, pero aquí tenéis la primera página de este discurso, por si queréis echarle un vistazo.




SEGUNDO EXAMEN

     idioma: inglés (acento estadounidense)
     modalidad: simultánea
     duración: 5-6 minutos

Buenos días, señoras y señores. Imagino que todos ustedes saben que la privatización da muy buenos resultados en muchos sectores, pero en mi discurso de hoy les voy a hablar de la privatización de los centros penitenciarios en Estados Unidos y el Reino Unido, y de las razones por las que considero que se trata de una idea nefasta cuyas consecuencias han sido desastrosas.

Toma castaña. Parece ser que, aunque se ha reducido drásticamente el número de delitos violentos en ambos países desde 1992, ha aumentado casi un 70% el número de reclusos en sus cárceles, cosa impensable en naciones cuyo sistema penitenciario está en manos del Estado, donde el crecimiento en el número de personas encarceladas no ha pasado del 10%. La razón principal es que las empresas privadas que gestionan las prisiones funcionan como cualquier otro negocio: ganan más cuantas más personas tengan entre rejas, y acaban presionando y sobornando para obtener más beneficios, es decir, para que cada vez haya más gente en la cárcel, aunque suene esperpéntico.

Por ponerles un ejemplo: en tan sólo un año, dos jueces de Pensilvania enviaron a 2.000 menores a la cárcel por faltas leves que no se merecían penas de prisión ni de lejos. ¿A que les parece absurdo? Pues más adelante se descubrió que habían recibido un soborno de 2,6 millones de dólares por parte de una de estas empresas. Qué, ¿no se lo creen? Pues créanselo, porque les aseguro que es absolutamente cierto.

Muchas cifras en el discurso, pero las ideas son fáciles de expresar. Bien. Los dos exámenes de inglés parecen aprobados, aunque vete a saber qué opina el tribunal.




TERCER EXAMEN

     idioma: francés (acento metropolitano)
     modalidad: simultánea
     duración: 17-18 minutos (!)

El examen más temido. Entro en la cabina, cojo un post-it, escribo el nombre de mi padre y lo pego en el cristal, bien a la vista. Respiro hondo. Me pongo el auricular sólo en la oreja izquierda, porque la derecha queda para oírme a mí mismo e ir controlando que todo lo que digo tiene sentido, que la gramática de las frases que pronuncio es correcta y no me salen barbaridades por estar hablando y escuchando a la vez. Vuelvo a respirar. La oradora dispara. Que el tema sea fácil, por favor…

Buenos días a todos. He estado dándole muchas vueltas a mi discurso de hoy. Al final, me he decantado por un tema que, personalmente, me apasiona. Espero que les guste. Durante los próximos minutos, les voy a hablar de la historia, propiedades químicas, usos y diferentes procesos de fabricación del vidrio.

¡Aaaaaahhhhh! Desde el principio, traduzco verre por cristal; me doy cuenta de que vidrio habría estado mejor, pero ya no hay vuelta atrás: cristal por aquí y cristal por allá. Sudor frío. Mucha gesticulación en cabina para ayudar con la reformulación de las ideas. En las clases de simultánea de francés, siempre me han dicho que me dejo cosas, pero, incomprensiblemente, tengo la capacidad de caer siempre de pie. Pues hale, a caer de pie. Que si los fenicios hacían hogueras en la arena y veían que aparecía una sustancia casi transparente, que si en las ruinas de Pompeya se descubrieron muchos utensilios de vidrio coloreado, que si los sopladores de vidrio guardaron celosamente los secretos de fabricación durante muchos siglos, que si los artesanos de Murano vivían encerrados y eran condenados a muerte si abandonaban la isla, que si al mezclarlo con boro se hace más tal, que si al mezclarlo con plomo se hace más cual, que si es muy difícil conseguir que sea plano, que si la transparencia depende de diferentes factores químicos, que si hay dos métodos a la hora de soplar el vidrio: el normando y el bohemio, que si se usa para fibras ópticas, para lentillas, para hacer ventanas que regulen la reflexión de la luz,… ¡Señora, por Dios, cállese ya! La simultánea de inglés había durado 6 minutos, pero esta mujer llevaba ya 10 minutos hablando del puñetero vidrio, y la cosa no tenía visos de terminar.

En fin, señoras y señores, ¡ya son ustedes expertos en vidrio! Espero que la próxima vez que se pongan las lentillas, que beban agua en un vaso, que miren por la ventana de su lugar de trabajo o que se conecten a Internet, se acuerden de mí y de este discurso. Gracias por su atención.

¿Que si me voy a acordar de usted y de su discurso? Señora, me voy a acordar de usted para los restos. Paro la grabadora: 18 minutos y 36 segundos. Se ha hecho lo que se ha podido.




CUARTO EXAMEN

     idioma: francés (acento metropolitano)
     modalidad: consecutiva
     duración: 14-15 minutos (!!)

Último examen. Tengo que clavarlo para suplir las carencias de la simultánea de francés. ¡Misma oradora, horror! Por favor, tema fácil, por favor, tema fácil. ¿Dónde están esos temas clásicos como el calentamiento global, el efecto invernadero, la incidencia del sida en el mundo o la gripe porcina? Abro el cuaderno, cojo el boli, miro a la oradora, ella me mira, la juzgo en silencio… Mesdames et messieurs, bonjour…

Buenos días, señoras y señores. Desde hace 20 años, existe en Francia el RMI, pero a partir del 1 de junio de 2009 ha entrado en vigor una nueva ayuda que viene a sustituir tanto al RMI como al API: se trata del RSA.

¿Pero será posible? Con la cabeza hecha un bombo, sin entender nada, voy tomando mis notas como mejor puedo. A lo largo del discurso, la buena mujer tiene a bien explicar a qué corresponde cada una de esas siglas, y me entero de que
  • RMI = revenu minimum d'insertion = ayuda estatal compensatoria para la inserción social;
  • API = allocation de parent isolé = subsidio por familia uniparental;
  • RSA = revenu de solidarité active = ayuda estatal de solidaridad activa;
que no es que ayude mucho, pero al menos me sitúo. ¡Y venga a decir cifras! ¡Señora, la odio! Y justo cuando pensaba que el discurso no podría ser ya más difícil…

Quisiera terminar con un breve apunte lingüístico. No sé si saben que, en Francia, a las personas que recibían el RMI se las ha llamado siempre érémistes, que recuerda fonéticamente a eremita. La relación es clara, ¿no creen? Pues bien, ¿qué podemos hacer ahora con el RSA? Con RSA no se puede hacer mucho, pero imaginemos que, en vez de RSA, fuera RAS. Lo más lógico sería llamar a estas personas rasistes, ¿no? Pero claro, estarán conmigo en que recuerda a una palabra muy fea, y no parece muy apropiado, así que dejémonos de juegos de palabras. Muchas gracias por su atención.

Chupa del frasco. Encima, la mujer acaba con una coña lingüística en francés. Me levanto, vuelvo a la primera página de las notas, miro al tribunal y sonrío. Viva el teatro. Buenos días, señoras y señores. ¿Qué queréis que os diga? El cabreo me hizo venirme arriba. Lo clavé. Lo bordé. Sí, es cierto: dije que se beneficiarían del RSA cerca de 8.500 nuevos hogares cuando eran cerca de 850.000 (al tomar las notas, no puse todos los ceros), pero por lo demás bien. Al sentarme, con la adrenalina a flor de piel, me di con la silla en la rodilla y casi me la quiebro. Ahora a esperar.



VEREDICTO

Los quince aspirantes esperamos fuera de la sala. Dentro, el tribunal delibera. Tras media hora de angustia y risas nerviosas, empiezan a llamarnos, uno a uno y por orden alfabético. Me llega el turno. Entro.


La presidenta del tribunal, mayor ya, de Wisconsin ella, guapa, aunque con un parecido incómodo a Carmen de Mairena, abre el fuego. Hola, Ramón. Imagino que ya sabrás cómo ha ido la cosa, ¿no? No, señora, no lo sé, por Dios, dígamelo ya. Has aprobado. Tu presentación y tu voz son extraordinarias. Eres capaz de convencer a quien te escucha hasta cuando lo que dices no es exacto o, directamente, es mentira. Enhorabuena. ¿Gracias? Sabes que la simultánea de francés ha sido más floja, ¿verdad? Bueno, aun así sólo te han faltado elementos accesorios. Has seguido el discurso en todo momento y alguien que no entendiese el original se habría enterado perfectamente gracias a tu interpretación. Lo dicho, enhorabuena.


Y salgo y no es alegría lo que siento: por haber tenido un mal día, o por simple mala suerte, han suspendido dos personas a las que quiero mucho y que se merecían aprobar de calle, intérpretes buenísimas con las que he compartido un año estupendo. Trabajarán de intérpretes de todas formas y lo harán de muerte, pero queda un regustillo amargo. En fin, amigos, se acabó Operación Intérprete, se acabó el Gran Hermáster: soy intérprete de conferencias. Me voy a El Hierro a celebrarlo.