martes, 14 de julio de 2009

La paloma - الحمامة

al-ħamāma. Confieso, amigos, que soy muy facilón: si alguno de vosotros quisiera que lo amase hasta la muerte y sintiese por él una atracción sexual irrefrenable, sólo tendría que regalarme esta moneda:


Esto es un columnario español, un real de a ocho, y es una de las monedas más famosas del mundo. Fue aceptada como medio de pago en todo el globo hasta bien entrado el siglo XIX, y en ella se basaron muchos países para crear sus propias monedas, incluido Estados Unidos. El mismísimo loro de Long John Silver, en La isla del tesoro, no dejaba de garrir Pieces of eight! Pieces of eight!, y hasta se dice que las barras del símbolo del dólar se copiaron del dibujo de las dos columnas; que oye, que es mentira, pero hagamos como que sí, porque la anécdota es bonita. En fin, amigas, amigos: hoy os quiero contar una historia de monedas y palomos.


Hace apenas tres semanas, andaba yo solazándome en la lejanísima isla de El Hierro, con sus sabinas dobladas por el viento, sus acantilados de órdago, sus bosques de laurisilva y sus playas de arena roja. Me dediqué principalmente al buen yantar y al mejor beber. En particular, me centré en degustar muy a mi sabor los tremendos quesos de El Hierro, porque ya está bien de que se lleven la fama los plátanos, amigos: si hay algo bueno en Canarias son los quesos de cabra, ya sean ahumados a secas o con pimentón. Es más, desde aquí os anuncio a todos (pero en especial a Marigustín) que, en todo este año viviendo allí, no me he comido ni un solo plátano.


Un día, mientras esperaba a los demás junto al coche, apareció un nativo herreño de la casa de al lado y se dirigió a mí a toda velocidad, me estrechó la mano y mantuvimos esta sorprendente conversación: Hombre, hola, qué tal, ¿de dónde sois? Hola, encantado. Pues cada uno es de un sitio, pero yo soy de Murcia. Uy, ¿sí? En Murcia hay muchos palomos, ¿verdad? … Tardé en reaccionar, porque, precisamente en Murcia, ser un palomo o un palomazo significa ser bastante tonto. Y eso dejando aparte la inevitable referencia al palomo cojo. Entiendo que se refiere usted a la colombofilia… Entiendes bien. Ah, bueno, sí, alguna vez que he ido a comer por la huerta he visto a los palomeros haciendo carreras. Ay, me gustaría mucho ver eso. ¿Sabes que una vez estuve en la Era Alta, viendo carreras? Mira allí. Y me señaló un palomar a unos cien metros: sólo entonces oí el zureo. Por cierto, la Era Alta es una pedanía de la huerta murciana, con 3.000 habitantes, y os juro que hay muchos urbanitas murcianos que ni la conocen, así que doble sorpresa. ¿Cría usted palomos? ¿Son suyos? Sí, soy el único de la isla. La gente me mira como si estuviera loco. No entienden que me deje tanto dinero en esto. Algunos de mis palomos pueden valer un millón, fácil. Uy, lo entiendo perfectamente. Yo colecciono monedas y mis amigos también piensan que estoy loco por dejarme el dinero en eso. Lo que no le dije fue que hay por ahí algún gracioso que me llama numistonto. ¿Sí, coleccionas monedas? Mmm, pues otro día que nos encontremos, antes de que os vayáis, recuérdame que te dé un regalo.


A los dos días, cuando nos volvimos a encontrar en la puerta, se sacó una moneda grande del bolsillo y me la dio. Me dijiste que coleccionabas, ¿no? Pues toma, un regalo. Dios, muchas gracias. Es de plata, antigua, de un valor… incalculable. ¿No ves que es de plata? Hombre, tanto como incalculable… Cuatro euros a lo sumo, tirando por lo alto. Esto último no se lo dije, pero lo pensé, porque era un duro de plata de Venezuela de 1911, relativamente corriente, gastadísimo y dispuesto dentro de un colgante; moneda que, por otro lado, tengo ya en buen estado de conservación. El caso es que le agradecí mucho el detalle: me encanta tener monedas con intrahistoria. Sólo te voy a pedir un favor. Me dijiste que conocías a varios columbaires de la Era Alta, ¿no? Si habéis leído hasta aquí, sabréis que no dije eso ni de coña. Bueno, a ver, alguna vez he comido con ellos en el mismo restaurante. Perfecto, pues a ver si mañana por la mañana te puedo dar mis datos y me pones en contacto con ellos, para ver si puedo escaparme algún día a la Era Alta. Claro, claro, me hago cargo, imagínese: quién pillara una escapada a la Era Alta. Pues haré todo lo que esté en mi mano, no se preocupe. Y muchísimas gracias por la moneda. Al día siguiente, tempranísimo, abandonamos la isla y nunca más se supo. Hoy, el arrepentimiento me atenaza. Hoy quiero hacer feliz a ese hombre. Ayudadme. ¿No conoceréis a algún columbaire de la Era Alta, por casualidad?



P.D.: Efectivamente, los loros garren y las palomas zurean. A ver si un día escribo una entrada en la que pueda hablar de elefantes que barritan.

P.P.D.: No puedo resistirme a mostraros mi última adquisición. Mirad qué preciosidad.

25 comentarios:

Belén dijo...

Vaya vaya. No sabía que le habías prometido eso al buen hombre. Pues oye, efectivamente deberías hacerle feliz, no sólo porque te regaló la moneda, también porque aguantó nuestra algarabía durante tres días (o más bien tres noches) sin quejarse. Se lo merece :)

K dijo...

Yo no conozco a nadie de la Era Alta, pero iba de pequeño en La Alberca a la peluquería de Juan y Paco (nombre con grandes letras rojas sobre fondo blanco) y allí sólo se hablaba de palomos (los que vuelan) y de toros; se hojeaba ansiosamente la Interviú y salía uno con la raya más derecha que hecha con tiralíneas.
Si te interesa, en la plaza mayor de La Alberca los tienes todavía (creo). Seguro que te ponen en contacto con los Eraterrestres.

P.d. Un detalle fundamental es que había un tonto (y sordomudo) que barría los pelos del suelo, cejijunto él, al que alguna vez he vuelto a ver por aquellos lares.

K dijo...

Jajaja, los acabo de buscar en internet y he de corregirme "Paco y Juan", en la Plaza del Casino. Y el que barría es premio Nobel de astrofísica.

:)

David dijo...

Me gusta como cuentas las historias, Barbie. A mí, como bien sabes, la ciudad me deshumaniza así que desde Madrid me pone(aún más)el gesto de aquel hombre. Acuérdate de que el dar palique al personal (persona con quien me cruzare...) es tan inherente a la canariedad como las papaeh con mojo.

p.d Pues sí que es bonita la moneda, sí, ¿a quién se la has robao?

Unknown dijo...

Ahora comprendo tu actividad nocturna, ¿se (pro)crea mejor de madrugada?

La fuerza se te va por la boca. Es que prometes hasta que ... Bueno, ahora comentaré tu post. Has creado un monstruo que se retroalimenta (¿feedback?): Marigustín. La sinergia (sé que te mola la palabra) entre ellos es palpable.

K, los genios siempre son los grandes incomprendidos. ¿De qué hablas? ;o)

Paul Spleen dijo...

@Belén — Tú lo que deberías hacer es dormir por las noches, Belenyu. Que no vuelva a ocurrir. ;o)

@K — Dios mío, qué gran comentario. Te imagino mirando de reojo la Interviú, y me veo a mí mismo haciéndolo por la misma época en Ellos Peluqueros, en el mismísimo Paseo Corvera. ;o) Gracias por la info.

@Déivid — Gracias, Barbazas. Anda que no vas a echar de menos las Canarias este año… También puedes desquitarte dirigiendo misivas a mansalva a la Innombrable.

@Agus — Sólo quiero saber una cosa: en tu cena de ayer (que, para el caso, lo mismo es que una comida), ¿deleitaste al personal con tu imitación del perro?

Unknown dijo...

No, amigo Ramón, sólo actúo cuando sé que tengo un público receptivo.

Querido Mario, ¡manifiéstate!

José Antonio dijo...

Entrañable historia del palomo... pero me ha quedado una imagen un tanto extraña... ¿moneda de 10 €uro (que no €uros) con típico caballo alado español y clásico alfabeto que esfinge y delfines forjaron en Hispania?

¿No echais de menos molinicos de viento y palomas en el anverso y al Juan y Paco (tanto monta...) en el reverso de dicha moneda?

Ala (de avión) pues! esperaremos el post de tu acercamiento a la Era Alta.

Pd: Ayer tiré un baúl lleno de columnarios que tenía en el trastero y estorbaban, si lo llego a saber te doy uno.

TortugaBoba dijo...

Me temo que no puedo ayudarte. Y oye, qué bonitas las monedas. Mi abuelo tenía una colección que no sé a qué nieto ha pasado ahora que lo pienso...
Beso.

Anónimo dijo...

Tal para cual. Pero espero que tu amigo el colombofílico no esté tan grave como tú: todavía recuerdo cuando el euro entró en España (que no al revés) y era tener monedas en la mano (por ir a pagar, por haber pagado y haber recibido cambio) y ya estabas revoloteando, como ojos de enfermo de la fiebre del oro... Un motivo como otro cualquiera para oponerse a la "moneda única"!

Un abrazo,

A

Paul Spleen dijo...

@Josechu — Es la reproducción de una dracma de la colonia griega de Ampurias, en Gerona. Por otro lado, te sorprenderá saber que, oficialmente, el plural de euro es euro. ¿Que por qué? Pues es algo así como lo de Girona y Gerona. O_o

@TortugaBoba — ¡Por Dios, entérate y extorsiona a ese primo! Seguro que os dijo que sólo tenía valor sentimental, ya ya. Siempre hay un primo listillo que se aprovecha. ;o)

@A — Tú lo que tienes es envidia porque allí, como mucho, sólo puedes coleccionar los quarters de los diferentes Estados, que lo sé yo.

José Antonio dijo...

Ya decía yo... me había parecido reconocer a Aretusa en la moneda, jeje.

Hablemos extraoficialmente pues y sigamos refiriéndonos a nuestros "millones de €uroS", ¿entonces el plural de Girona es Gerona?
(No me ha quedado claro... como cuando Ag..tin me dice que se me han caido algo al suelo y...)

Anónimo dijo...

Quarters no tengo muchos, porque los uso para conseguir café, pero nickels tengo demasiados. No sirven para nada y llevo acumulándolos desde hace años...

A

Anónimo dijo...

Hola, amigos míos.
No logro entender, querido amigo Pol, cómo te dejaste manjares sin catar: plátanos sin comer... Así que nos repetías que te preparáramos una buena comida para tu vuelta...
Me cachis, no me veo bien... además estoy malito, sigo malito, no se cura el jodío. No tendréis por ahí nada para aclarar la garganta...??
PD1: Gracias, amigo, gracias por darle un nombre a la dupla y por que suene tan bien y tan varonil.
PD2: Hablas del palomo como del tonto, pero olvidas al cojo.

Paul Spleen dijo...

Mario, no lo olvido: lo he puesto también. ;o) ¿Dices que no te lo ves bien?

Juanico dijo...

No me creo que no te hayas comido ni un plátano desde que estás allí. Me refiero a plátanos con barba, claro está.

Paloma dijo...

Rrrramón...
Como dices que te echemos algo, aunque sea una bronca, esta vez me decantaré por lo segundo:
Muy mal lo de no haber comido ni un plátano en todo el año. Aunque no sé si creerte, que muchas veces nos los ponían de postre en la uni.

Y respecto a lo del euro... Será uno más de los casos en los que me decantaré por lo que se dice en la calle y no por lo que es "correcto".

- ¿Cuánto cuesta?
- Diez euro.
Silencio incómodo.

Tontunas... ;-)

Paul Spleen dijo...

@Juanico — De sobra sé que te refieres a los puros con pelo, teniente. Esta semana hablamos de Cieza. ;o)

@Pomba — Más que correcto, yo diría que lo de «euro» es oficial, así que que les vayan dando. Por cierto, yo cogía manzanas, peras o melones. Y porque no había dos buenos cocos de verdad, buenos, frescos, grandes como un balón.

Unknown dijo...

"Si tienes hambre yo te voy a dar...".

Paloma, ¿que Ramón os ponía de postre un plátano en la comida? Al menos eso he leído yo en tu comentario. ;o)

Juampe dijo...

Impresionante historieta amigo POL!!! Pero me gustó más oirla de tu viva voz!!! jajajaja!!! Por cierto yo sí que conozco la Era Alta porque...más que nada porque estoy bautizado allí, sí señor!!!! Pero columbaires le he preguntao a mi abuelo y los que conoce estan ya pa salir volando ellos!!! Seguiré preguntando !!!

Paul Spleen dijo...

@Zazú — Deja de malmeter, que ya veo que estás calentando motores para la inminente visita de las laguneras.

@Juampe — Sigue indagando, hombre, que alguno tiene que haber que tenga menos de noventa primaveras. ;o)

Paloma dijo...

Jejeje...
Los motores ya están calientes.

En efecto, Agustín, has leído bien. Ramón estaba siempre dispuesto a renunciar a su plátano para que, en su lugar, otro de los comensales pudiera disfrutarlo.

Paloma dijo...

Por cierto, veo que Ramón te ha instruído en la lírica lagunera, me alegro, me alegro.

Unknown dijo...

Sí, soy rápido. Estamos hablando de mi velocidad de aprendizaje, ¿no? ;o)

Miserias del traductor dijo...

Ramón,no sabía que tenías esa deuda moral con el de los pájaros...