lunes, 4 de febrero de 2008

El vecino - O vizinho

Hubo un portugués, criado en Sudáfrica, que a principios del siglo XX se ganaba la vida de forma gris e insulsa, traduciendo cartas comerciales para diversas empresas de Lisboa. Entre 1913 y 1935, año de su muerte, dejó escritos unos 500 fragmentos en completo desorden. Los especialistas en su obra no se ponen de acuerdo a la hora de decidir la mejor manera de ordenarlos, pero el caso es que, juntos, en el orden que sea, conforman el libro más lúcido de la Humanidad: el Libro del desasosiego. Imagino que ya sabéis que abajo, en la barra lateral de este blog, os sale una cita de ese libro cada vez que reiniciáis la página. Lo leí durante el verano de 2003, perdiendo y ganando personas mientras todo se teñía de cruda verdad.

Eso sólo bastaría ya para ensalzar grandilogiosamente al país vecino, pero es que en Portugal, al igual que en Irlanda, levantas una piedra y salen corriendo 500 escritores, 400 poetas y 300 músicos. En el 2001, fui al Auditorio con nuestro amigo el Señor Decano —también conocido como «Mr Dick Ano»—, a ver a una tal Mariza, ahora ya famosa. Cuando llegó este fado que os pongo, su voz nos hizo aplastarnos contra el sillón y contener la respiración durante el último estribillo, clavados allí como mariposas de colección, inmóviles, temblando, con todo el pelo del cuerpo sobrenaturalmente erizado. Nunca he vuelto a sentir algo parecido con una canción:



É meu e vosso este fado,
Destino que nos amarra
Por mais que seja negado
Às cordas de uma guitarra.

Sempre que se ouve o gemido
De uma guitarra a cantar
Fica-se logo perdido
Com vontade de chorar.

Ó gente da minha terra,
Agora é que eu percebi,
Esta tristeza que trago
Foi de vós que a recebi.

E pareceria ternura
Se eu me deixasse embalar,
Era maior a amargura
Menos triste o meu cantar.

Ó gente da minha terra,
Agora é que eu percebi,
Esta tristeza que trago
Foi de vós que a recebi.



Además, en enero de 2004 vi con mis padres, en Lisboa, junto a la Torre de Belén, el atardecer más impresionante del mundo. ¿Qué tienen Portugal, los portugueses y el idioma portugués?

Mis padres yendo hacia la Torre de Belén

7 comentarios:

K dijo...

"Pienso, a veces, con un deleite triste, que si un día, en un futuro al que yo ya no pertenezca, estas frases que escribo perduran como cosa de mérito, tendré por fin quienes me «comprendan», los míos, mi verdadera familia para en ella nacer y ser amado."

Pessoa es un barco cargado de tristezas. Leer a Pessoa te acerca a todo el mundo, te aúpa a una melodía de notas universales. Esos fados, de los que posiblemente no aprecio más que una difusa y minúscula faceta, están tejidos con el mismo hilo que los desahogos de Pessoa. Portugal, arrinconado entre el océano infinito y espalda de España, es posiblemente el lugar perfecto para que brote una desesperanza hecha de lluvias.

Navegante Pessoa, melancólico rumbo y amarras destrenzadas. Horizontes, naufragios, quebrantos y astrolabios. Cubiertas y bitácoras, gaviotas, anclas, mástiles...

Anónimo dijo...

Magnífico post.

Ya está todo dicho.

Anónimo dijo...

Plas, plas, plas.

Paul Spleen dijo...

Mmm… Veo que os da miedo comentar este poste del bloque… ;o) Tendré que poner otro en seguida. De momento, voy a cambiar las canciones, y ya hablaré de ellas en la siguiente entrada.

Anónimo dijo...

Vayamos por partes,

Preciosas las fotos, a ver si saco tiempo y comento.

¿qué sería de mi sin tus comentarios sobre el Libro del Desasosiego vía Internet estando tú en Murcia y yo en París hecho mierda por las cosas de la vida en mayo de 2006?

Por cierto, te debo una foto del amigo Pessoa.

Mariza es algo impresionante, de lo mejor que he escuchado y vivido. IMPRESIONANTE.

Dick-Ano

Besosssssssssssssssss. Os echo de menos. Fiesta, pero ya. (acho, qué garrulo, jeje)

Unknown dijo...

¡Cómo eres! y es exclamación, no pregunta.

Si no te escribimos fielmente, se te viene la morriña (hablando de) encima. Como ya dije, al no llevarme tú en Rabat a ver atardecer, me he quedado sin verlo sobre la mar (mira que siempre he tenido problemas con las preposiciones...)

Has visto lo que has conseguido: poner a Pacorro melancólico. Eso es temible (digo su estado, no él... que también).

Es que yo ahora soy más del bloque del Poeta ;-)

Raul Melendreras dijo...

Ay! Amigo Agustin
Te equivocaste de Bando
Pero a ti te da gustin
Ver al capitan clavando
Su pom-elo Chiquitin
En tu culo tierno y blando

Es cierto que es momento
En el que hay que posicionarse
Pero con esperanza le aliento
A mi pilon amarrarse.

No me hables del payu-elo
Que te respondo con gall-inas
Que mi nardo es de guijuelo
Y el tuyo de cartulina.

POETA'S PAGÜER