viernes, 31 de octubre de 2008

La greguería - الغريغورية

al-grīgūriya. Hoy voy a hablaros de don Ramón, porque, durante mucho tiempo, en España no hubo otro Ramón que éste que aparece de pie en el cuadro:


Ramón Gómez de la Serna inventó una fórmula (humorismo + metáfora = greguería) para crear frases cortas e ingeniosas que describieran la vida cotidiana y le quitaran velos de sopor. Algunas greguerías eran líricas, otras eran profundas, otras juegos de palabras y otras eran chorradas como un piano; pero al leerlas, por un instante, siempre brilla algo a lo lejos:

  • Las rosas se suicidan.
  • El filósofo antiguo sacaba la filosofía ordeñándose la barba.
  • El otro lado del río siempre estará triste de no estar de este lado… Esa pena es de lo más insubsanable del mundo y no se arregla ni con un puente.
  • Al calvo le sirve el peine para hacerse cosquillas paralelas.
  • Los sordos ven doble.
  • Cuando asomados a la ventanilla echa a andar el tren, robamos adioses que no eran para nosotros.
  • ¡Y pensar que todos los de la Guía telefónica un día no estarán ni en la Guía telefónica!
  • Ya en la vuelta del camino miro hacia atrás y veo que sobre la tapia larga y no muy alta sobresalen con mucha timidez cien mil cabezas de muertos que al verme volver la cabeza se han ocultado repentina y unánimemente.
Hoy, los gregueristas del mundo están en el Twitter: una página donde te puedes abrir un miniblog y publicar entradas de menos de 140 caracteres. Si dejamos aparte a toda esa canalla que lo usa para emitir mensajes cansinos como me voy a duchar y ahora vengo, o escribo para decir que me estoy comiendo un bocadillo de chóped o desde que me he levantado, me pica el ojete, si dejamos de lado a esa chusma, digo, encontramos a Jardieles Poncela redivivos. Os presento a dos de ellos, y mis cuatro últimas creaciones canarias:



WONKA
  • Me ha dicho el oculista que tengo dos dioptrías en cada ojo: estoy gafado.
  • Como ganemos el bronce en esgrima, no ganaremos el oro ni la plata.
  • Hay muchos más milímetros que centímetros.
  • Cada vez que dejo el tejado incompleto techo de menos.
  • Nadie en su sano juicio afirmaría que ioewrhjngañ kjdhf dhfd naañah hhdiui.
  • Hay un programa de televisión, y no diré cuál, que se llama Operación Triunfo.
  • ¿Qué ocurrirá cuando todas las palabras de la wikipedia sean hipervínculos?
  • En Madrid he visto a un montón de personas a las que no conozco absolutamente de nada.
  • Creo que ya va siendo hora de que alguien escriba El Quijote.
  • El ajedrez es un juego que desarrolla mucho la inteligencia para jugar al ajedrez.



CHEXPIRIT
  • Soy de La Opinión de que nadie en El Mundo debería comprar La Verdad.
  • Los padres divorciados lo dan todo por la patria potestad.
  • ¡Arriba España! ¡Abajo Marruecos! ¡A la izquierda Portugal!
  • Me voy a decantar por dejar a un lado mi parte sólida y al otro mi parte líquida.
  • El Príncipe de Asturias ha ganado el Premio Nadal. O algo así.
  • Si te quitas unos pantalones de campana, se te ve el badajo.
  • La ciencia más beneficiosa es la beneficiencia.
  • La hierba que planté en Perú ha sido pasto de las llamas.



SCHYND
  • Amigos, me está saliendo papada con mojodo.
  • Ostrogodo: peninsular que engulle bivalvos vivos.
  • En el Teide, la lava dora las faldas y hace coladas.
  • Efectivamente: quien tiene anemia en El Hierro, La Palma fijo.

lunes, 27 de octubre de 2008

La rima - القافية

al-qāfiyya. Hay una cosa que no puedo evitar, tenga delante a quien tenga: si la persona con la que hablo me dice algo acabado en cinco, dejo de oír absolutamente todo lo demás: en una burbuja de milésimas de segundo, el Universo empieza a derrumbarse a mi alrededor, la malla del espacio-tiempo se desdibuja y, mientras la realidad se resquebraja y la luz se convierte en manchas desvaídas, yo, única persona capaz de salvar a la Humanidad, me veo en la obligación de soltar por mi boca las únicas palabras que pueden parar toda esa destrucción: Por el culo te la hinco. Y el equilibrio cósmico se restablece.

Dicho esto, no sé a vosotros, pero a mí no me parece bonito que la playa en la que estuve este domingo se llamara playa de Benijo. ¿Cómo puede ser que una de las playas más bonitas de España se llame así? Queridos amigos: aunemos esfuerzos para que esto no vuelva a ocurrir; de lo contrario, corremos el riesgo de que nuestras costas se llenen de calas Montoya, bahías Clavijo o playas Morote. En fin, mirad este vídeo, porque me doy envidia a mí mismo ya, qué asco de vida:





P.D.: ¿Os acordáis de cuando Ramón García tuvo que retransmitir las campanadas del año 2005? Qué grande fue aquello, Dios mío.

martes, 21 de octubre de 2008

El peine - المشط

al-mušţ. En junio de 1799, de paso hacia América, Humboldt visitó Tenerife durante cinco días y se enamoró del Valle de la Orotava y sus especies endémicas. No sé si sabéis quién fue Alexander von Humboldt (en Hispanoamérica, Alejandro de Humboldt), pero creo que es difícil encontrar a otro ser humano cuyo nombre haya sido utilizado para una corriente oceánica, un asteroide, una cordillera antártica, un mar en la Luna y toda una pléyade de especies animales y vegetales: pingüinos, mofetas, monos, delfines, murciélagos, escorpiones, calamares, lirios, hongos, levaduras, robles, cactus y orquídeas. Un grande.

Pues bien, amigos: me río de Humboldt, directamente. Yo sí que, en mi búsqueda incesante de la idiosincrasia canaria, he ido encontrándome con especímenes verdaderamente prodigiosos. Estoy hablando de joyas zoológicas, amigos, individuos nunca antes observados en su entorno natural. El que más me ha impresionado ha sido éste:

No sé si apreciáis con claridad la protuberancia que, surgiendo majestuosa del hongo capilar, corona su testuz: al parecer, conoce el uso de herramientas básicas como el peine, y lo transporta prendido al pelo. Desde mi privilegiada atalaya como observador imparcial, pude columbrar sus movimientos sin interferir en el desarrollo normal del ciclo de la vida: cada 5 minutos, a modo de tic, este glorioso animal procede a despegar el apéndice de sus cabellos fungiformes y da un repaso a su maradoniano cardado. Cuántas sorpresas nos depara Natura.

Además, como podéis comprobar, este magnífico ejemplar se reúne con sus congéneres en los claros urbanos a eso de las 12 del mediodía para intercambiar conocimientos utilísimos y sonidos guturales varios, amén de encararse con otro grupo, al parecer de la misma especie, al otro lado del claro. Dejando a salvo el uso de la herramienta capilar, no he observado otro comportamiento inteligente en sus patrones de conducta que fuera digno de mención, pero prometo redoblar esfuerzos en aras de un mayor y más profundo conocimiento de la fauna canaria. Todo por la Ciencia, amigos.




P.D.: A modo de coda, no puedo dejar de mencionar que creo haber descubierto dónde se guarece esta especie para arreglarse el vello capital:

miércoles, 15 de octubre de 2008

La cruz - الصليب

aş-şalīb. Como viene siendo habitual desde hace algunas entradas, seguiré contando lo mal que me lo paso. Sufro mucho. Hoy quiero que sepáis que, en el norte de Tenerife, el turismo se concentra en el Puerto de la Cruz, justo donde acaba el cuello del pato.

Parece ser que está muy bien, porque todo es negro: el paisaje, las playas, las rocas, los muelles, los cangrejos; la cumbre del Teide, con o sin nieve, se aprecia majestuosa a cierta distancia por encima del Valle de la Orotava; se puede visitar el omnipresente Loro Parque; se puede descansar en el Lago Martiánez; y la puesta de sol en el mar es grandiosa.


Dicho esto, imaginad que vais con intención de gastar poco y que el cielo se nubla todo el día: ya os digo yo que ni veis el Teide, ni veis el Valle de la Orotava, ni la puesta de sol ni nada de nada; el Loro Parque, caro; y entrar al Lago Martiánez, innecesario.


Y aun así, aquí van unas fotos para que veáis qué asco de sitios he visto en el Puerto de la Cruz; quizás así comprendáis mejor mi sufrimiento:

LA CRUZ

sábado, 11 de octubre de 2008

La conexión - الاتصال

al-ittişāl. A las 0.09, hora canaria, tuvo lugar la siguiente conexión telefónica entre San Cristóbal de La Laguna y Berlín:



Ist heute Ihr Geburtstag, Herr Carreira? Felicidades, tontete.

miércoles, 8 de octubre de 2008

La arena - الرمل

ar-raml. No quiero dar envidia. De verdad que no. Pero es que a unos 8 km al norte de Santa Cruz, llegando a la boca del pato, está la playa de las Teresitas, qué queréis que yo le haga…

En 1973, un grupo de hombres que no eran el Equipo A decidió que ya estaba bien de playas de arena negra en la isla de Tenerife. En un arrebato de puro genio, se acordaron de dos cosas: a) de que Franco aún no había muerto; y b) de que, a la sazón, el Sáhara Occidental era tan español como Teruel; así que cogieron un barco hasta Villa Cisneros, vieron la arena dorada del desierto y comenzaron a echarla en sacos. Cuatro millones de sacos, concretamente.

Como veis, estos tíos no se andaban con chiquitas, así que cuando atracaron en Santa Cruz echaron mano de una flota de volquetes para, poco a poco, cubrir con esa arena lo que hasta entonces habían sido tres calas asquerosas llenas de piedras. Hoy es la playa preferida de los chicharreros, pero cuentan los indígenas que, durante algún tiempo, tomar el sol en las Teresitas fue un deporte de riesgo: la arena del Sáhara, muy bonita ella, llegó infestada de alacranes.

Aquí os pongo un álbum con más fotos (pulsad en el cuadrado y seréis reenviados):

LA ARENA

jueves, 2 de octubre de 2008

La compra - الشراء

aš-širā’. Amigos, la situación es terrible. Que me ponga unos guantes de goma, meta la mano en el agua del retrete y limpie los bordes del sifón por dentro con una bayeta, pase; que me tenga que limpiar toda la cocina rascando grasa de los azulejos y lanzando chufletazos de limpiahogar a diestro y siniestro, pase; que acabe en el Ikea comprando una lámpara Duderö por 9,99 € (y las galletas), pase; que tenga que recorrerme una calle principal de Santa Cruz con un cesto de ropa recién comprado, repleto de bolsas del Mercadona, pase. Hasta ahí, bien.

Pero que esta tarde, al ir a pagar en el Domti, me haya dado cuenta de que mi compra consistía en:

  • un periódico;
  • una almohada;
  • plastilina; y
  • una escobilla;
es cuando menos para preocuparse, para preguntarse cómo ha llegado uno a semejante situación. Me he pasado la mano por la cara con tedio y he mirado hacia los lados en busca de un leño al que aferrarme para no creerme marujo, para no saberme y confesarme marujo. La respuesta estaba sobre la estantería a mi izquierda, con nombre de detergente:


Cuando llegó a su casa y observó la tarjeta que había en su llavero, dos lágrimas perfumadas de ginebra le resbalaron por las mejillas; pero ya todo estaba arreglado, todo alcanzaba la perfección, la lucha había terminado. Por fin se había vencido a sí mismo. Amaba al Carrefour.